El agronegocio en Latinoamérica se encamina hacia un 2026 con transformaciones amplias. La digitalización, IA y nuevas normativas impulsan un modelo más estratégico y sostenible. Un informe de JPMorgan Private Bank destaca que la región "ofrecerá lo que el mundo necesita" —alimentos, energía, minerales—, subrayando su papel estratégico global.
La conectividad rural presenta desafíos, pero la cloudificación avanza. Las aplicaciones en la nube permiten recolectar datos agrícolas offline desde máquinas y sensores, sincronizándolos al disponer de conexión. Esta solución no solo resuelve problemas de conectividad, sino que también garantiza seguridad y disponibilidad de datos, posicionando la nube como esencial para expandir el uso de IA en el sector.
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La inteligencia artificial se consolida, generando valor
Productores regionales utilizan IA predictiva para optimizar insumos, anticipar rendimientos y monitorear la salud de cultivos en tiempo real. Para 2026, se espera la consolidación de estas prácticas. Los Agentes de IA emergen como la nueva etapa: sistemas que analizan datos, ejecutan tareas y ofrecen insights. Estos agentes pueden sugerir el mejor momento para venta basándose en reportes de cosecha y precios de mercado, y programar mantenimientos predictivos, liberando a los gestores para centrarse en la estrategia del negocio.
En cuanto a estrategias, las empresas deberán adaptarse a nuevos entornos regulatorios y fiscales. Países como Brasil y Colombia avanzan en Reforma Tributaria, mientras otras economías enfrentan cambios en regímenes fiscales, subsidios y trazabilidad. Se impone la necesidad de control y previsibilidad. Las empresas deben contar con un sistema de gestión robusto; la atención a proveedores será esencial: cumplir bien dependerá de la calidad de información en cada etapa.
La sostenibilidad es inevitable y debe seguir siendo una prioridad en el agro. La presión de consumidores y mercados aumenta cada año, con la tecnología como aliada principal. Soluciones de trazabilidad que monitorean desde siembra hasta el consumidor final, y herramientas para gestionar recursos hídricos y medir huella de carbono serán cada vez más demandadas regional e internacionalmente.
En conclusión, el próximo año demandará un productor rural más conectado y digital. Las tendencias del agro muestran que la tecnología es el camino principal para superar retos y asegurar resultados competitivos y sostenibles en la región.
Fuente: www.itsitio.com/mx