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Sus larvas se alimentan de pulgones, cochinillas, trips, ácaros y mosca blanca

¿Un insecto prehistórico que protege cultivos?

La crisopa, perteneciente a la familia Chrysopidae, es un insecto que se remonta al Triásico tardío, hace aproximadamente 200 millones de años. Este insecto volador es capaz de cuidar las plantas eliminando plagas gracias a sus larvas, convirtiéndose en un protector silencioso para obtener plantas sanas.

Las larvas de crisopa se alimentan de pulgones, cochinillas, trips, ácaros y mosca blanca, algunas de las plagas más comunes en jardines y huertas. Debido a esto, especialistas de la Unión para la Conservación de la Naturaleza y la Biodiversidad (NABU) las consideran uno de los insectos benéficos más eficientes. Su presencia ayuda a reducir infestaciones sin dañar las especies ni afectar a otros insectos útiles, algo clave para mantener un cultivo equilibrado a largo plazo.

© Vishwa Kiran | Dreamstime

Las larvas de crisopa pueden cuidar una amplia variedad de plantas. Son especialmente efectivas en rosales, jazmines, lavandas, hibiscus, geranios y margaritas, así como en plantas aromáticas y hortalizas como tomate, pimiento y lechuga. Para atraerlas, es importante evitar insecticidas químicos y favorecer la biodiversidad. Plantar flores como caléndula, eneldo, hinojo, manzanilla y cosmos ayuda a que los adultos encuentren néctar y permanezcan en la zona. También es importante ofrecer pequeños refugios naturales, como setos, arbustos o rincones con vegetación menos intervenida. Un cultivo o jardín con variedad de plantas y pocas intervenciones artificiales aumenta las probabilidades de que la crisopa se establezca y cumpla su rol durante todo el año.

Las larvas de este insecto son las verdaderas protagonistas en el control de plagas. A pesar de que el insecto adulto se reconoce por sus alas transparentes y su color verde, las larvas cumplen la función de regular las poblaciones de plagas, sin recurrir a fertilizantes y protegiendo hojas, tallos y flores sin alterar el equilibrio natural.

Su función en los ecosistemas se ha mantenido casi intacta desde su aparición, actuando como regulador natural de otras especies. La crisopa es un insecto que ayuda a la naturaleza, ofreciendo soluciones ante problemas actuales en las plantas. Esta especie milenaria sigue siendo la protección silenciosa para evitar que las plagas ataquen.

Fuente: www.losandes.com.ar

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