Estando a las puertas de noviembre y con unas temperaturas que rondan los 30 °C, el pimiento madura demasiado rápido y la pared no tiene tiempo a endurecerse. Las cosas se complican. No se puede prever nada con este calor, los agricultores de Almería están esperando que empiece el frío.
En los cultivos de berenjena, tomate, calabacín y pepino se mira con optimismo al comienzo de la campaña almeriense, sin embargo, en el pimiento hay una cierta intranquilidad por la influencia del trips.
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La aceleración del calor ha provocado que las variedades de pimiento que funcionaban bien hace tres años ya no ofrezcan buen rendimiento; por ejemplo, no desarrollan una pared consistente, lo que afecta al transporte y su vida útil. En el caso del tomate, antes llegaban a un calibre G con facilidad y ahora cuesta que superen el M. Por eso, algunas empresas están invirtiendo en investigación, dado que el clima lo está cambiando todo.
La berenjena no presenta problemas, pero en tomate Rama, hay dificultades para llegar a un calibre G por el calor. Si otros países pueden ofrecer un calibre G, España tendrá una gran desventaja.
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Algunos agricultores están empezando a plantar más tarde, si normalmente se hacía a final de julio, ahora se hace a final de agosto, para poder escapar del calor y ganar en calidad.
La lucha integrada es una estrategia que viene pisando fuerte desde hace unos años y parece implantarse cada vez más, ya que los tratamientos permitidos pierden efectividad y el calor del verano propicia la afluencia de plagas debido a las altas temperaturas en otoño e invierno.
Las plagas son un problema serio, sobre todo, en el pimiento por el famoso Thrips parvispinus. El año pasado no había presencia en las zonas altas y este año ya se han visto señales. En la zona baja hay agricultores que han arrancado toda la plantación por este motivo.
Hasta la fecha, no hay un insecto que ataque al trips, por eso, algunos agricultores están haciendo presión para que la UE admita el uso de algún tratamiento para luchar contra esta plaga, aunque sea temporalmente. Ante la dificultad de que eso ocurra, puede que la única solución sea, según algunos productores, informar al consumidor de que el trips ocasiona un defecto estético, pero no de pudrición ni alteración del sabor. Otro problema es que el trips aumenta la segunda calidad, pero tampoco hay tanto mercado de segunda para colocar todo este pimiento.
El virus del rugoso en el tomate ha conseguido controlarse por medio de nuevas variedades que no se ven afectadas. Es cierto que se ha perdido algo de calibre, pero las plantaciones salen adelante sin problemas. El verdadero problema es el trips del pimiento, frente al que la solución más factible sería acercar la realidad del campo al consumidor y entender que a veces hay que aceptar un defecto estético en las hortalizas.
