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Se experimenta con "agentes biológicos" para manejar enfermedades y plagas, aplicando la bioeconomía circular

Champiñón de la Manchuela busca sostenibilidad con derivados del ajo

En una entrevista con Europa Press, Francisco Gea, director del Centro de Investigación, Experimentación y Servicios del Champiñón (CIES), en la localidad de Quintanar del Rey (Cuenca), ha destacado el valor "sostenible al cien por cien" del champiñón de la Manchuela conquense, que se caracteriza por un cultivo cercano al estilo ecológico, utilizando mínimos plaguicidas químicos. En la región se cultivan variedades como el champiñón blanco, portobelo y seta ostra, con un aumento del shiitake, llevando a cabo entre seis y ocho ciclos de cultivo anuales.

© Gerasimovvv | Dreamstime

Para el control de plagas, se autoriza el uso de "un fungicida y un plaguicida", no obstante, se experimenta con "agentes biológicos" como derivados del ajo para manejar enfermedades y plagas, aplicando la bioeconomía circular. Gea destaca que estos agentes biológicos pueden eliminar hongos perjudiciales sin afectar la producción. Se han probado también aceites esenciales de plantas como la ajedrea y el tomillo, con resultados poco rentables debido a su elevado costo. Aunque el uso de estas alternativas es experimental y con poco éxito en la práctica, son opciones comunicadas a los productores de la región.

© Sri Nur Handini | Dreamstime

La diversificación es otra estrategia propuesta por el CIES, sugiriendo el cultivo de hongos medicinales como Hericium y Agaricus subrufescens. En la región, familiarizada con el cultivo de hongos, esta práctica puede prosperar.

Para José Ángel García, productor de Champifur, la producción de champiñón requiere naves controladas para mantener la humedad. El cultivo inicia con compost y tras quince días se observan las primeras floradas. Los químicos se limitan al cloro para limpieza, sin contacto directo con el producto. El mosquito es una amenaza frecuente en verano, mitigada con mallas y enfriando pasillos.

Antonio Figuerez, gerente de Champiñones Rey, asegura que el principal atractivo de su cooperativa, que trabaja con 13 socios, es ofrecer champiñones frescos en mercados nacionales. Sin embargo, han experimentado una reducción en la producción atribuida a la falta de relevo generacional. Figuerez anima a la inversión en el sector.

Javier Cebrián, de la Diputación de Cuenca, recalca que el cultivo ayuda a fijar población y anuncia la próxima feria del champiñón en febrero. La Diputación trabaja en un estudio para identificar oficios que necesitan relevo generacional, resaltando el potencial del sector champiñonero. Además, se promueve una Indicación Geográfica Protegida para dar un impulso económico tanto a la provincia como a la comarca.

Fuente: www.lacerca.com

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