Bernarda Mauricio Flores, una indígena de la comunidad mazahua en el Estado de México, ha pasado de luchar por alimentar a su familia a convertirse en empresaria que vende tomates a una de las mayores cadenas del mundo. El inicio fue desafiante: una helada devastó la producción de tomates en su comunidad en San Felipe del Progreso, Estado de México.
Originalmente, un programa de seguridad alimentaria de Walmart ayudó a la comunidad a construir un invernadero. Sin embargo, las heladas repetidas destruyeron varias cosechas, desalentando a muchos. Pero Bernarda, con determinación, volvió a intentarlo.
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Después de tres intentos fallidos, en su cuarto intento lograron una cosecha exitosa. Aquí, la iniciativa Pequeño Productor de la Fundación Walmart entró en acción, ayudando a pequeños agricultores a integrarse en la cadena de suministro formal, eliminando intermediarios para mejorar sus ingresos.
"Nunca tuvimos la opción de rendirnos. Había que seguir intentando y hoy vemos que valió la pena. Vender nuestro tomate en varias partes de México nos cambió la vida", afirma Bernarda.
El programa Pequeño Productor ha capacitado a más de 31 mil productores y beneficiado a más de 1.800 comunidades, creando más de 7.000 empleos. Además, ha impactado en más de 70 mil hectáreas con agricultura regenerativa, contribuyendo a la sostenibilidad medioambiental.
Ricardo Ortega, otro beneficiado del programa, enfrentó sus propios retos. Desde Tulancingo, Hidalgo, emigró a Estados Unidos ante la falta de oportunidades. Regresó tras la insistencia de su madre para producir tomates. Sin acceso a canales directos, los intermediarios complicaban su negocio. El programa le permitió pasar de vender una carga de tráiler al año a más de 300.
Bernarda, Ricardo y alrededor de 2,000 pequeños productores han superado adversidades, ahora suministrando el 15 % de las frutas y verduras vendidas en Walmart. Su perseverancia les ha permitido transformar sus vidas y aportar al campo mexicano.
Estos agricultores enfrentan numerosos desafíos para ofrecer productos frescos. Gracias a su dedicación, podemos disfrutar de los mejores productos de la tierra mexicana. Estos ejemplos nos enseñan que rendirse no es una opción.
Fuente: www.reporteindigo.com